¿sufres estrés crónico?
Vamos a empezar definiendo qué es el estrés:
Imagina un mundo donde cada desafío, cada emoción intensa y cada cambio en el entorno desencadenan una reacción única en tu cuerpo. Ahora, con solo una palabra, un médico pionero llamado Hans Selye capturó toda esa complejidad: «estrés». Este término no solo describió la respuesta física y emocional a las demandas de la vida, sino que también desencadenó una revolución en la comprensión de la mente humana. Selye no solo presentó una palabra, sino un concepto que transformaría la medicina y la psicología modernas, abriendo la puerta a nuevas formas de entender y manejar nuestras experiencias diarias.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como «la reacción fisiológica normal del organismo ante una situación que se percibe como amenazante o desafiante». En otras palabras, es la respuesta del cuerpo a situaciones que pueden ser percibidas como demandantes, ya sea física, emocional o mentalmente. Esta respuesta puede desencadenar una serie de cambios en el cuerpo que preparan a una persona para enfrentar o huir de la situación estresante, lo que se conoce como la respuesta de «lucha o huida». Sin embargo, cuando el estrés es constante o excesivo, puede tener efectos negativos en la salud física y mental. La OMS reconoce que el estrés es una parte normal de la vida, pero también destaca la importancia de gestionarlo de manera adecuada para prevenir problemas de salud.
Tipos de estrés excesivo
- Estrés agudo: Se produce en respuesta a un evento específico o una situación puntual que puede ser percibida como amenazante o desafiante, como dar un discurso en público o enfrentar una emergencia.
- Estrés crónico: Es un tipo de estrés que persiste durante un período prolongado de tiempo y puede estar relacionado con situaciones constantes de presión en el trabajo, problemas financieros, conflictos interpersonales prolongados, entre otros.
- Estrés laboral (burnout): Ocurre cuando las demandas del trabajo son excesivas y superan la capacidad de afrontamiento de una persona. Puede estar relacionado con plazos ajustados, carga de trabajo excesiva, falta de control sobre las tareas, entre otros factores laborales estresantes.
- Estrés académico: Se experimenta como resultado de las presiones asociadas con el rendimiento académico, como exámenes, trabajos, competencia entre compañeros, y la expectativa de obtener buenas calificaciones.
- Estrés financiero: Surge debido a preocupaciones relacionadas con la estabilidad económica, como deudas, dificultades para llegar a fin de mes, pérdida de empleo o incertidumbre sobre el futuro financiero.
- Estrés interpersonal: Se produce como resultado de conflictos, tensiones o dificultades en las relaciones personales, ya sea con la familia, amigos, pareja o compañeros de trabajo.
- Estrés traumático: Es una respuesta a eventos traumáticos o amenazantes que ponen en peligro la vida o la integridad física o emocional de una persona, como accidentes, desastres naturales, abuso o violencia.
- Estrés por sobrecarga de información: Se experimenta cuando se siente abrumado por la cantidad de información que se recibe o se procesa, especialmente en la era digital con el exceso de información disponible en internet y las redes sociales.
Síntomas de estrés crónico, ¿te suenan?
En este Post me voy a centrar en el estrés crónico o estrés prolongado en el tiempo y te voy a enseñar a reconocer los síntomas para que puedas saber si sufres estrés crónico.
- Fatiga persistente: Sentirse constantemente cansado o agotado, incluso después de períodos de descanso adecuados.
- Problemas de sueño: Dificultad para conciliar el sueño, mantenerlo o despertarse sintiéndose descansado.
- Dolores y molestias corporales: Dolores de cabeza, dolores musculares, tensión en el cuello, espalda u hombros, y otros síntomas físicos relacionados con la tensión muscular.
- Problemas gastrointestinales: Malestar estomacal, indigestión, náuseas, diarrea o estreñimiento, que pueden estar relacionados con el estrés crónico.
- Cambios en el apetito: Pérdida o aumento de peso involuntario debido a cambios en los hábitos alimenticios relacionados con el estrés.
- Cambios en el estado de ánimo: Irritabilidad, ansiedad, nerviosismo, tristeza, depresión o cambios de humor frecuentes.
- Problemas cognitivos: Dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, falta de claridad mental y dificultad para tomar decisiones.
- Supresión del sistema inmunológico: Mayor susceptibilidad a enfermedades o infecciones debido a la debilitación del sistema inmunológico causada por el estrés crónico.
- Problemas sexuales: Disminución del deseo sexual, dificultades sexuales o disfunción eréctil en hombres y disminución del interés en el sexo en mujeres.
- Aumento en el consumo de sustancias: Recurrir al alcohol, tabaco, drogas u otras sustancias como una forma de hacer frente al estrés, lo que puede empeorar los problemas a largo plazo.
Caso real de estrés crónico
Hombre con una relación de pareja insana a punto de romperse acude a consulta con frases como «no puedo más», «estoy siempre de mal humor», «me duermo a las 3 y me despierto a las 5». Conociendo su historia se percibe un caso claro de estrés interpersonal prolongado en el tiempo, ya que está en esta situación desde hace más de 6 meses. Sus síntomas son insomnio, cambios en el estado de ánimo, bajo deseo sexual y aumento del consumo de alcohol y tabaco para «calmar la ansiedad».
Si con este artículo has descubierto que sufres de estrés crónico y no sabes cómo ponerle remedio, puedes ponerte en contacto conmigo en el 613056799 por wasap o visitar mi web para conocerme mejor. Paso consulta en Talavera de la Reina y de forma Online.
Patricia González Álvarez – Doctoralia.esArtículos que te pueden interesar:
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